Era uno de los hombres más buscados. La Policía detuvo el viernes por la noche a un integrante del clan Toro; sospechan que está vinculado con el enfrentamiento que protagoniza su familia con los Carrión y que mantiene en vilo a Villa 9 de Julio.
El viernes 29 de abril, Luciano Calderón fue ultimado a balazos en ese barrio por allegados al grupo de los Carrión. Un familiar de la víctima, horas después de haberse consumado el homicidio, quiso cobrarse venganza. Un tal “Coco” Toro se presentó en la casa de José Rodríguez, padre de un tal “Loco Ger” que habría estado entre las personas que cometieron el crimen.
El acusado, según consta en el expediente judicial, sin mediar palabras disparó en contra de Rodríguez, que salvó milagrosamente su vida pese a haber recibido tres proyectiles en su cuerpo.
Personal de la división Homicidios y Delitos Complejos al mando del comisario Hugo Cabezas volvió a allanar varias viviendas en Villa 9 de Julio. En una de ellas encontraron a Martín Toro y lo detuvieron al sospechar que fue la persona que le entregó el arma a “Coco” para que atacara a Rodríguez.
Los pesquisas no encontraron el arma buscada, pero la Justicia dispuso su aprehensión y que se presentara ante la fiscala María del Carmen Reuter para que aclare su situación sobre la pistola en cuestión. Los investigadores de Homicidios aprovecharon estas medidas para confirmar que los Toro abandonaron sus viviendas. Sospechan que huyeron a otra provincia.
Los otros prófugos
Hasta el momento, Carlos Carrión es el único detenido por el crimen de Calderón. Javier Lobo Aragón, su defensor, lo presentó en la Justicia porque anunció que él se encontraba en Paraguay el día en el que se cometió el crimen.
Reuter ordenó la detención de “Quemarrancho”, de un tal “Fregenal” y de la hermana de Carlos Carrión. Lobo Aragón anunció que los presentará.
El móvil del crimen sería la disputa que mantienen ambas familias por el manejo del comercio de drogas en Villa 9 de Julios. Los representantes legales de ambos grupos desmienten esa versión.